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¿Algunas personas son más propensas al trastorno de pánico que otras?

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¿Algunas personas son más propensas al trastorno de pánico que otras? Sí. Se han observado diferencias físicas entre personas propensas a sufrir ataques de pánico o desarrollar trastornos de pánico. Las siguientes son descripciones de estas diferencias físicas.

1) Sensibilidad a la adrenalina y los cambios hormonales.

En general, las personas con trastornos de pánico, incluida la agorafobia, tienen glándulas suprarrenales hiperactivas y son más propensas a experimentar una descarga de adrenalina o una respuesta de "lucha o huida" cuando se enfrentan a una amenaza psicológica percibida. Esto los hace más susceptibles a sufrir ataques de pánico.

En los pacientes con trastorno de pánico, la glándula suprarrenal produce en exceso adrenalina y una hormona llamada cortisol (una hormona que combate el estrés) durante momentos de estrés prolongado.

La sobreproducción de adrenalina y cortisol interfiere con la producción de serotonina y dopamina. La serotonina y la dopamina son neurotransmisores que estabilizan el estado de ánimo y la sensación de bienestar. Cuando los niveles de serotonina y dopamina son bajos, su estado de ánimo se vuelve inestable y es menos capaz de afrontar el estrés.

En este estado de desequilibrio químico, usted se fatiga más fácilmente, su sistema inmunológico se ve comprometido y corre más riesgo de experimentar ansiedad y ataques de pánico. Incluso después de que el factor estresante original haya desaparecido, es probable que usted permanezca en un estado elevado de ansiedad.

2) Sensibilidad a los medicamentos

Se observa una mayor sensibilidad a los medicamentos, incluidos los efectos secundarios, entre los pacientes con trastorno de pánico. Como se mencionó anteriormente, los efectos secundarios y/o síntomas de abstinencia de algunos medicamentos, incluidos los ansiolíticos, imitan los síntomas de la ansiedad y los ataques de pánico. Debido a esto, los medicamentos recetados a personas que sufren ataques de pánico o trastornos de pánico deben recetarse en dosis más pequeñas al principio y luego aumentarse gradualmente, según sea posible.

3) Sensibilidad al estímulo físico

Las personas que sufren ataques de pánico suelen tener una mayor sensibilidad a las luces brillantes, las temperaturas, los sonidos repentinos o fuertes y otras fuentes de estimulación física. El estímulo físico abrumará más fácilmente a alguien con trastorno de pánico, creará un aura de desorientación y provocará una liberación de adrenalina (lo que desencadenará la respuesta de "lucha o huida").

4) Sensibilidad a grandes cantidades de lactato de sodio.

Algunos investigadores han descubierto que grandes cantidades de lactato de sodio en el torrente sanguíneo causan ataques de pánico en personas con trastorno de pánico. El lactato de sodio se produce cuando las células musculares convierten el azúcar en energía. Es la solución básica en líquidos intravenosos que se administran en el hospital.

En un estudio, los pacientes con trastorno de pánico experimentaron un aumento dramático en el flujo sanguíneo a los lóbulos temporales del cerebro cuando se les administró lactato de sodio. ¡Los lóbulos temporales son la misma área del cerebro afectada cuando los sujetos de otros estudios (que no padecen trastorno de pánico) reciben una descarga eléctrica!

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