3 claves para potenciar tu confianza interior y la clave del éxito -005
La confianza interior es la clave de todo. Hay todo tipo de estrategias, formas de pensar, patrones de comportamiento y consejos prácticos para mejorar tu vida y sentirte mejor contigo mismo, pero todos son redundantes si no hay una base ahí. Esa base es tu verdadero yo, el tú que en el fondo sabes que eres. El truco es que se necesita confianza para descubrir eso y resaltar quién eres. Aquí están las tres claves para una verdadera confianza interior.
1. Conozca sus valores
Los valores personales son una gran pasión para mí y a menudo me dejo llevar cuando hablo de ellos. No me disculpo por ello, aunque son una de las cosas más importantes que puedes saber sobre ti mismo y son vitales para conseguir una confianza interior genuina. Tus valores están a diez mil pies de profundidad dentro de ti, justo en el centro mismo de quién eres; y son los pilares, los cimientos y las piedras angulares para usted. Un valor es algo en ti mismo, en los demás o en el mundo que es más importante para ti y podría incluir cosas como el respeto, el progreso, la familia, la diversión, la naturaleza, los logros o la libertad.
¿Por qué algunas personas y situaciones te hacen sentir enojado, frustrado, desmotivado o desinflado? Es porque uno o más de tus valores están siendo negados, reprimidos y lo experimentamos como una experiencia negativa porque está negando una parte fundamental de quién eres. ¿Conoces esos momentos en los que te has sentido realmente vivo, increíble o vibrante? Ésos son los momentos en los que uno o más de tus valores están siendo honrados, y puedes lograr más de eso si vives de acuerdo con ellos.
Cuando conozca sus valores, podrá comenzar a tomar decisiones y alinear su vida en torno a ellos. Es muy simple y se siente increíble porque lo único que realmente significa es que estás permitiendo que quien eres viva en el mundo real.
2. Confía en ti mismo
La gente pasa demasiado tiempo buscando señales de que están haciendo lo correcto o en el camino correcto. A veces lo obtenemos al escuchar que nos está yendo bien en el trabajo, a veces puede ser el aliento de un amigo o un ser querido, y a veces obtenemos esa retroalimentación al ver crecer nuestra riqueza o posesiones materiales.
Pero en lugar de buscar esas señales en el exterior, ¿qué tal si miras en el interior lo que te estás diciendo a ti mismo? ¿Qué tal si confías en ti mismo para hacer lo mejor y tomar buenas decisiones? ¿Qué tal confiar en tus propios conocimientos y utilizar tu propia intuición?
Pero el hecho es que todos cometemos errores y todos seguiremos cometiendo errores. Entonces, ¿cómo sería si pudieras confiar en ti mismo para superar cualquier cosa y confiar en ti mismo para seguir tomando decisiones que te sirvan incluso si a veces te equivocas? Ésa es la clase de confianza a la que me refiero, y es una confianza interior genuina.
Empiece por escucharse a sí mismo y notar lo que le dice su intuición. Sé consciente de esa vocecita dentro de ti o de esas reacciones viscerales que tienes y presta atención a lo que te dicen. Confía en ti mismo para tomar decisiones, confía en ti mismo para adaptarte y confía en que eres lo suficientemente bueno para tener, hacer o ser lo que quieras. La verdadera confianza seguirá.
3. Ejercita el músculo
La confianza es un músculo y, como cualquier músculo, es necesario ejercitarlo para que no se encoja ni se desgaste. El problema es que, a diferencia de los bíceps o los glúteos, que tienden a permanecer en el mismo lugar, el músculo de la confianza puede ser más difícil de encontrar. ¿Cómo desarrollas tus bíceps o reafirmas tus glúteos? Haciendo ejercicios que estén diseñados para trabajar ese músculo durante un período de tiempo hasta que veas los resultados que buscabas.
Es lo mismo con confianza. Digamos que eres el tipo de persona que no corre muchos riesgos, el tipo de persona que pasa cada día haciendo lo que hay que hacer y haciéndolo bien, pero sin esforzarse realmente. Podrías convencerte de no hacer algo porque te da demasiado miedo o porque piensas que no soy lo suficientemente bueno, que no soy así o que realmente no lo quiero de todos modos. Ese tipo de persona vive dentro de lo que sabe y lo que los mantiene seguros y cómodos. Cuanto menos riesgos toman, menos confianza necesitan tener y, por lo tanto, menos confianza se vuelven.
Para ejercitar el músculo de la confianza, debes estar preparado para asumir riesgos grandes o pequeños. Debes estar dispuesto a esforzarte en una dirección desconocida, a probar algo nuevo o de una manera ligeramente diferente. Necesitas abrirte a las posibilidades que te rodean y esforzarte por aumentar lo que sabes, lo que haces y quién eres. Cuanto más abierto esté al riesgo, las oportunidades y las posibilidades, más confianza deberá tener y, por tanto, más confianza desarrollará. Ese es tu músculo de la confianza. La pregunta es: ¿qué vas a hacer para ejercitarlo?
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